Sitio nuevo para mi, un sol que promete, de las vías más largas que he hecho, prácticamente desequipada y un buen puñado de amigos acompañándome, entre ellos dos que no tienen ni número ni color. Que más se puede pedir?
Llegamos a pie de vía, y tengo tanta suerte que el primer largo
es un IV, me toca! Salgo convencida de que no voy a encontrar la R,
porque por el camino no hay ningún seguro, y tengo que ir POR LO MAS
EVIDENTE (que manía le tengo a esta frase), pero después de tirarme
más de medio largo practicando la sokatira (y eso que hemos hecho
curso de pasar una cuerda si, otra no, …), consigo ver dos clavos!
Ole, ole y ole!
El segundo largo le toca al Negro, dicen que es de
los más bonitos, y es muy guapo. Tercero para Ido, no recuerdo como
era, y es que cuando llego a la tercera R se me olvida todo lo
anterior cuando me dicen que me toca a mi. A mi? Si yo había venido
a abrir los IVos. Otro “ole” y me piro para arriba, esta vez más
tranquila porque hay algo por el camino y no he oído la frase “por
lo más evidente”. Largo molin, monto R, que happy estoy. Siguiente
para el Negro.
El sexto para Ido, este no me mola mucho, esta todo bastante roto, y cuando llego a la R les digo que como quedan 5 largos y somos 3 les cedo mi siguiente V y me quedo con uno de los IVos que quedan. El Negro no se lo piensa y tira para arriba antes de que me replantee la jugada.
El sexto para Ido, este no me mola mucho, esta todo bastante roto, y cuando llego a la R les digo que como quedan 5 largos y somos 3 les cedo mi siguiente V y me quedo con uno de los IVos que quedan. El Negro no se lo piensa y tira para arriba antes de que me replantee la jugada.
En la siguiente R miramos la reseña
que ya esta sobadísima y llega mi IV, vuelven los nervios de no
saber si voy a encontrar el camino. Con dudas veo un súper árbol y
monto R, parece que estoy bien. El siguiente también es IV y me lo
regalan, y esta vez si, me lio, lio, requetelio y después de
desescombrar media pared y volver a darle a la sokatira (menos mal
que una es vasca y tiene trabajada la técnica) no tengo ni idea de
donde estoy y tiro del comodín de la llamada.
Al otro lado del
teléfono una voz muy tranquila me dice que no me queda cuerda, que
voy bien y que monte reunión donde pueda que suben. Y así es, en 10
minutos ya está conmigo el servicio técnico buscando la R que esta
unos diez metros más arriba.
Desde la R queda el penúltimo largo,
para Ido, otro largo de los guapos, y aunque la tía sale quejándose;
que si esto está roto, que si este era el largo guapo, … según
vamos dejando de oírla debe de ir cantando y dando saltos. Tal
contenta va que tira hasta que se le acaba la cuerda robándole al
Negro unos métricos de su último largo. Y la verdad que el largo es
como para cantar y robar, muy molin. Turno del Negro que triste por
lo cortito que se le ha quedado su largo lo disfruta como si fuera el
último (que lo es).
Abrazo cimero, alegría en buena compañía, y ya tenemos a la luna esperándonos para indicarnos el camino de vuelta. Gracias por este día molin!
Abrazo cimero, alegría en buena compañía, y ya tenemos a la luna esperándonos para indicarnos el camino de vuelta. Gracias por este día molin!